En la convivencia de la finca, pasamos un rato muy agradable con un joven llamado Felipe que es de un grupo juvenil y fue a hacer unas actividades muy ludicas pero todo de manera muy espiritual. Eran cuatro bases a cargo de los profesores Javier Marin, Diana Franco, Bladimir Vera y la psicóloga Carmen Eliza, y Felipe; eran muy divertidas y se podían relacionar con la vida cotidiana y buscarles momentos significativos en cada una de nuestras vidas. Ya luego entramos en un momento muy significativo para nosotras donde nos tapamos los ojos y con las luces apagadas las compañeras que estaban de pie nos daban abrazos con diferentes significados que Felipe ponía, por ejemplo que imagináramos que la compañera sentada estaba pasando por ciertos momentos de dificultad, que le diéramos abrazos de fuerza, de acompañamiento y de solidaridad para que no se sintieran solas; en esta actividad nos sentimos todas muy conmovidas porque algunas sabemos por los momentos que estaba pasando otras compañeras y son cosas que no quisiéramos estar pasando nosotras porque son muy fuertes.
En el transcurso de todo el rato que estuvimos allá, compartimos muchas cosas personales o que sentíamos de las demás personas. Nos entregamos los regalos de amigo secreto haciendo una representación de la persona a la que teníamos, todos nos dimos regalos muy buenos y de todo el gusto de cada una.
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